Exposición 7: temporales Reina Sofia y Leandro Erlich, La torre.

Tras entrar al Centro de Arte Reina Sofía sin cámara, pues es retirada por seguridad, me pierdo buscando las temporales de la sede central, y encuentro primero Rodchenko y Popova, después, mas arriba Encuentros de Pamplona, no encontramos mas exposiciones temporales, y aunque ahora sé que había otras dos creo no haberlas encontrado.

Encuentros de Pamplona

Descubrí que este nombre se refería a un festival de vanguardia internacional que tuvo lugar en Pamplona en el 1972, su financiación fue privada y su organización en manos de artistas lo que le permitió una libertad inusual en aquel momento. Se hizo de espaladas al mercado y a la institución de arte, gesto a mi entender valiente y arriesgado. Con el festival se pretendía una relación entre vanguardia y tradición popular y entre artistas y público, introducir el arte en la ciudad de esta forma. Jonh Cage marcó la cualidad efímera del encuentro con su presencia. Desde entonces no ha habido en España ningún acontecimiento de arte público con la repercusión internacional que tuvo este.

Rodchenko y Popova

Ambos reflexionan sobre las condiciones del trabajo, la naturaleza de la producción y los elementos de la construcción en la Rusia de 1917-1925 , un periodo en el que el arte constituía el debate ideológico central, que marcó el fin del proceso revolucionario y el inicio de los años de plomo estalinista, con ello llegó también el final de la representación del mundo mediante imágenes bidimensionales y nació el constructivismo, una destrucción de la pintura concebida como hasta ese momento; esta fue la primera etapa del constructivismo, que da valor a la textura y los efectos psicológicos del color.
Hay una tendencia interdisciplinar que tampoco pasa desapercibida.
Entendí que la teoría política del constructivismo esta basada en el concepto de participación en la producción.

Leandro Erlich. La torre.

Veo que la torre a la que yo me refería al preguntar por ella no es en absoluto lo que yo pensaba, es un pequeño bloque de pisos, que a diferencia del resto de obras del Reina, permite al espectador tocar, pisar, entrar…
Una obra que nos lleva a cuestionarnos nuestra visión de la realidad, a movernos para ver de diferente manera, a mirar a los demás desde otro punto de vista, a pensar en la fuerza de la gravedad y en la manera de engañarla, a pensar en quienes somos, en el reflejo que los demás ven de nosotros.
Todo esto lo hace mediante un sistema de espejos y cristales situados de forma que al asomarse desde fuera por una ventana del edificio se ve a los habitantes del mismo ”volar” dentro.
Una obra muy simple pero tremendamente impactante.